domingo, 5 de octubre de 2008

NORMAS DE URBANIDAD 1: SALUDOS Y CONVERSACIÓN

Como animales sociales que somos, en muchas ocasiones nos vemos obligados a echar mano de ciertas normas de comportamiento, que nos pueden ayudar a relacionarnos de un modo mucho más correcto y adecuado.
Por esto , creo que sería adecuado hacer un pequeño repaso a estas normas de urbanidad que nos pueden sacar de tantos apuros y situaciones embarazosas.

El saludo:
Un apretón de manos es siempre correcto, pero en ocasiones puede verse deslucido ( manos sudadas, dar la mano después de haber manipulado pescado ... ) por eso, el saludo más adecuado puede ser una palmadita en la espalda, ya que de este modo nos ahorramos todas estas molestas situaciones.
Este interesante modelo de saludo tiene sus variantes. En un grupo de amigos la palmadita puede ser fuerte, con intensidad... cuanto mayor sea la amistad, más intensa ha de ser la palmada. Si además lo acompañamos de expresiones del estilo : " Jo, tío... " o " cabrón, como me alegro de verte ", el saludo alcanza cotas de perfección.
En el caso de que la persona a la que se nos presente, o queramos saludar, sea una señora de avanzada edad, el golpe se tiene que ejecutar de un modo más suave, pero no por ello poco enérgico. En este caso podemos acompañar el gesto con un : " a mis brazos abuela...." o " tía , que bien te conservas, se ve que le das a la buena vida...
Otra modalidad de saludo muy extendido es el de los besos en la mejilla. Muy importante señalar que entre dos ejemplares macho NUNCA se puede realizar este tipo de saludo.
El beso tiene que resultar efusivo. Es común que todo se reduzca a un leve roce de mejillas, pero no es lo más adecuado. Para que se note que es un beso sentido, un beso español, se han de posar los labios sobre las mejillas de la otra persona y si es posible, adornar el detalle con un potente sonido bucal.
Si el saludo se produce en un contexto profesional ( entrevistas de trabajo por ejemplo ) podemos utilizar otro gesto, que es el del choque de las palmas de las manos. De este modo mantenemos la distancia pero no por ello perdemos frescura y naturalidad.

La conversación:
Después de la serie de saludos lo normal es comenzar una conversación amena. Para ello es fundamental la espontaneidad. Ahí radica nuestro éxito.
Generalmente sabemos muy pocas cosas de las personas que nos rodean, por eso es importante mostrarse abierto y natural. Un tema que nos puede dar mucho juego es el de los achaques y enfermedades. Al ser un punto común en todo el mundo, el interés que suscita está garantizado. Una buena forma de comenzar a hablar ( siempre después del saludo ) podría ser:
" ¡¡Ostia, no me había fijado en la mala cara que traes...!! Lo tuyo como poco es una hepatitis C...!!"
Es entonces cuando podemos continuar comentando las enfermedades del vecino, o lo mal que funciona la Seguridad Social.
Este modelo de conversación puede ayudar a sacar otros muchos igual de apasionantes. Tras la mención al mal funcionamiento del sistema sanitario, sale casi sin querer , la tan socorrida conversación sobre política.
No debemos tener en cuenta la ideología del interlocutor, porque de lo que se trata es de crear polémica. Esto nos garantiza horas de intenso debate y discusión.
A continuación, ( y uniendo con el tema político ) puede salir a relucir el tema sobre economía, de rabiosa actualidad en estos tiempos de crisis. Podría producirse más o menos así :
" ¡¡¡ Joder, ayer fui al supermercado con 50 eurazos y no me pude comprar casi nada...es que la pasta vuela!!! ...
Si existe confianza entre las personas que hablan puede ser además un buen momento para pedir dinero.
La despedida:
Si resulta importante el saludo, no menos importante es la despedida. Es en este momento cuando debemos dejar una buena sensación en las personas con las que se ha estado conversando. Debemos dejar constancia de lo bien que nos lo hemos pasado : " ¡¡¡ Joder, me lo he pasado de puta madre !!! " o " ¡ Esto hay que repetirlo coño !"
Todo el proceso ha de ser adornado con gestos , esta vez un poco más efusivos que los del saludo, ya que, llegados a este punto, la persona o personas con las que estés son ya amigos.
Se puede echar mano de la palmada inicial en la espalda, pero en este momento se permite unirla a un sentido abrazo . Además se puede susurrar al oído de la otra persona : "¡¡ Eres un tío/a de putísima madre !
Este es , en resumen, un pequeño ejemplo de cómo se ha de comportar una persona correcta en el momento de entablar nuevas y duraderas amistades. Siguiendo estas simples reglas estaremos preparados para afrontar cualquier situación , por complicada que esta sea.
En próximas entregas analizaremos otras situaciones en las que el protocolo y la urbanidad puedan ser de utilidad.

Esperamos que pongáis en práctica todas estas recomendaciones y nos enviéis las dudas que hayan podido surgir.